Esta es otra de las aberraciones que está sufriendo el centro de Madrid de hace unos años a esta parte y seguirá sucediendo.
Es la fea (muy fea) costumbre de ponerle a las salas, cines o teatros nombre de alguna empresa que paga y da su nombre. Ejemplos de ello son el mítico cine Rialto, convertido ahora en el teatro Movistar, o el célebre teatro Calderón, que ahora se llama Teatro Häagen-Dazs. Con lo bonitos que eran sus nombres originales.
Y en los campos de fútbol también ocurre. Si ya de por sí no me hacía excesiva gracia que los estadios se llamaran como algún presidente histórico, sino por el barrio en el que están o por lo que sea, que ahora el campo del Mallorca sea el Ono Estadi o que el Bayern de Múnich juegue en el Allianz Arena me parece aún peor.
Igual que los equipos de baloncesto cambian de nombre según cambian de patrocinador. Al menos eso no ha llegado al fútbol, no me gustaría decir que soy del Kia Atlético de Madrid. Por lo menos sonaría mejor que cuando anunciaba Tamagotchis.
Que sí, que habrán pagado y toda la pesca y que todo es dinero, pero no mola.
1saludo
REBIRTH
Hace 8 años
3 comentarios:
Siempre brillante en tu aguda percepción de la realidad, agitador, estoy totalmente de acuerdo contigo.
Por cierto, tanto quejarse de que la gente no comenta, y yo soy el comentarista más fiel, exijo una entrada en el blog.
Todo llegará, Lepidóptero.
Aunque no sé quién de los dos colaboradores te haremos la entrada xD
1saludo
P.D.: Que sepas que no tengo ni la más remota idea de quien eres
acabo de leer tu entrada y me ha recordado a la converasción del otro día por internet: a tí una cosa siempre te lleva a la otra, ¿no? Pero como ya te dije el otro dia, tampoco me gusta nada, y por ahora en Sevilla no ha llegao' (que yo sepa), espero que siga así...Un beso
Publicar un comentario